Los síntomas son iguales a los de la gripe común: fiebre (más de 38ºC), tos y malestar general. También se puede tener dolor de cabeza, dolor de garganta, estornudos, dolores musculares y, a veces, diarrea y vómitos.
Lo más frecuente es que la gripe evolucione favorablemente en 4-5 días aunque se pueda continuar con tos una semana y sentir cansancio durante las semanas siguientes al inicio de la enfermedad.
Con los datos disponibles de los miles de casos detectados en todo el mundo, se puede afirmar que la inmensa mayoría de las personas pasan esta gripe con síntomas leves o moderados..
¿La gripe puede ser grave en algún caso?
Se debe mantener una especial vigilancia de la evolución de los síntomas en personas con enfermedades crónicas descompensadas, niños menores de seis meses, y en pacientes de riesgo más elevado (inmunodeprimidos, embarazadas).
Deben solicitar atención médica aquellas personas que tengan molestias graves: dificultad al respirar, dolor importante en el pecho, alteraciones de la conciencia (sensación de aturdimiento o desmayo), coloración azulada de piel y labios, un empeoramiento repentino o un empeoramiento pasados 7 días del inicio de los síntomas.
En el caso de los niños, la edad inferior a 6 meses, la respiración acelerada o dificultosa, y la fiebre que dura más de 72 horas, hacen recomendable evaluación médica.
Si aparecen síntomas
permanezca en el hogar si no se encuentra bien, y aténgase a las recomendaciones de salud pública impartidas por sus autoridades;
manténgase a la mayor distancia posible (como mínimo, un metro) de las personas que no presenten síntomas;
al toser o estornudar, cubra su boca y nariz con algún objeto de tela u otro material apropiado, para retener las secreciones respiratorias. Una vez utilizado, deseche inmediatamente el material o lávelo. Lávese las manos inmediatamente después de entrar en contacto con secreciones respiratorias;
renueve el aire del recinto donde se encuentre abriendo las ventanas todo cuanto sea posible.